Los triunfos españoles del Annus Mirabilis se repartieron por todo el globo. La ofensiva holandesa fue potentísima: envió decenas de barcos en grandes expediciones militares para atacar las posesiones hispano-portuguesas en América, África y Asia. Además, España y sus aliados se vieron atacados en Europa por franceses, ingleses, saboyanos, venecianos y los protestantes alemanes y suizos.
En 1624 una potente armada de la Compañía Holandesa de la Indias Occidentales conquistó la capital del Brasil portugués. Portugal pertenecía por entonces a la Monarquía Hispánica y cuando las noticias de la conquista llegaron a Madrid saltaron todas las alarmas.
Rápidamente se organizaron dos armadas para reconquistar la capital de Brasil, una en Lisboa y la otra en Cádiz. La dirección de la operación la tenía don Fadrique de Toledo, uno de los más grandes marinos de la historia de España. Ambas armadas se reunieron en Cabo Verde y desde allí más de cincuenta barcos de guerra partieron hacia Brasil. Era la Armada más grande y poderosa que había cruzado hasta el momento el Océano Atlántico.
La Armada de Fadrique, apoyada por las tropas de resistencia de los contornos de Salvador de Bahía y otras fuerzas enviadas desde Pernambuco, reconquistó la Ciudad de Salvador en una compleja operación de sitio, que recordaba a las más aparatosas de la guerra de Flandes, y en la que participaron cinco tercios de infantería enviados desde Europa.